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Guiris, ¿Quién quiere playa, sol y cerveza barata? ¡Vente a Barcelona! Lo creas o no hay más que sangría, paella, flamenco y toros en una ciudad espanola. Tal vez te cueste digerir lo que acabo de decirte, ¡pero confía en mí! En cuanto llegues, deja tus chismes en tu hospedaje y sal por los callejones del Born. Después de perderte en estas callejuelas mágicas, lo que no te puedes perder es la oportunidad de refrescarte con una copa...o 4...de cava burbujeante y frío, la mejor manera de aplacar la sed, además Cataluña es la región de cava. Para llevar a cabo esta actividad es imprescindible que visites Can Paixano. Mientras estés allí, no dejes de probar la comida, las butifarras te impresionarán. Después de despertar tus papilas gustativas, no dejes de pasear hacia la playa, pillando un par de cervezas frescas en un ´super´ de camino, mejora tu bronceado, evitando el efecto ‘gambita’, mientras das sorbos a tu cerveza, cuando no puedas aguantar más el calor del sol, disfruta de un chapuzón en el mar cristalino.
Sería un pecado venir a Barcelona sin visitar los monumentos. Tras la diversión de la playa, merece la pena realizar un buen recorrido cultural con un par de visitas obligatorias: La Sagrada Familia con su impresionante arquitecto a pesar del hecho de que después de más de 100 años las construcciones siguen. Para experimentar hermosas vistas de Barcelona Parc Güell es una visita obligada. Tras haber experimentado un día tan largo, descansa un poco, toma una cerveza por el Raval, y reflexiona sobre tu día y sobre qué maravillosa es Barcelona.
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